in981-The-Rose-and-the-Star-Spangled-Banner-The-Soul-of-Courage-That-Never-Fades

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November is Veterans Memorial Month in the United States. In the late autumn when the Stars and Stripes are flying, the red and white on the national flag are brighter in the cold wind. This color reminds people of the unique rose emblem in the American national emblem – a rose wrapped in thorns, the petals bloom like flames, but the thorns on the branches indicate the price of protection. The rose emblem originated from the design of the Continental Congress in 1776. The thorns symbolize the difficulties of the road to freedom, and the layers of petals represent the unity of the states in adversity. Just as the 13 stripes on the national flag are engraved with the history of the War of Independence, the roots of the rose are deeply rooted in the soil of the Declaration of Independence, and the tenacious veins grow in the war and reconstruction. Every thorn that pierces the finger is a reminder: true peace needs to be watered with courage and sacrifice. When the veterans’ medals reflect the light in the sun, the rose badges on their chests and the Stars and Stripes behind them form a time and space dialogue. Those metal petals scratched by shrapnel, just like the red on the national flag that never fades, are all witnesses of the wind and rain. Today, when we pass the turkey on the Thanksgiving table, perhaps we should arrange the knife and fork into the shape of a rose – because freedom has never been a thornless gift, but a dawn supported by the backbones of generations of Americans. The arc of the Star-Spangled Banner stretching in the wind is just like the posture of a rose blooming. This November, let us remember: every falling red leaf once burned passionately, and every ordinary day deserves to be watered with a fearless heart.

Noviembre es el Mes Conmemorativo de los Veteranos en los Estados Unidos. A finales de otoño, cuando ondean las barras y estrellas, los colores rojo y blanco de la bandera nacional brillan aún más con el viento frío. Este color recuerda a la gente el emblema único de la rosa en el emblema nacional estadounidense: una rosa enredada con espinas, sus pétalos floreciendo como llamas, pero las espinas en las ramas indican el precio de la protección. El emblema de la rosa se originó a partir del diseño del Congreso Continental en 1776. Las espinas simbolizan las dificultades del camino hacia la libertad y las capas de pétalos representan la unidad de los estados en la adversidad. Así como las 13 franjas de la bandera nacional están grabadas con la historia de la Guerra de la Independencia, las raíces de la rosa están profundamente arraigadas en el suelo de la Declaración de Independencia, desarrollando venas tenaces a través de la guerra y la reconstrucción. Cada espina afilada que atraviesa un dedo es un recordatorio de que la verdadera paz necesita ser regada con coraje y sacrificio. Mientras las medallas de los veteranos refractan la luz en el sol, las insignias de rosa en sus pechos y las banderas estadounidenses detrás de ellas forman un diálogo en el tiempo y el espacio. Esos pétalos de metal rayados por la metralla, al igual que el rojo inmarcesible de la bandera nacional, son testigos del viento y la lluvia que han pasado. Hoy, cuando pasamos el pavo en la mesa de Acción de Gracias, tal vez deberíamos colocar el cuchillo y el tenedor en forma de rosa, porque la libertad nunca ha sido un regalo sin espinas, sino un amanecer sostenido por la fortaleza de generaciones de estadounidenses. El arco de la bandera estadounidense que se extiende con el viento es como la postura de una rosa en flor. Este noviembre, recordemos: cada hoja roja que cae alguna vez brilló con luz propia, y cada día común merece ser regado con valentía.